viernes, 11 de enero de 2008

La música y las máquinas

En muchos textos científicos e informáticos (ver "Controversia sobre mentes y máquinas" de Allan Ross) se plantea como refutación de la idea de que las máquinas piensen el hecho de que no son capaces de escribir un soneto o componer una sinfonía.

Aparte de que considero este argumento completamente sin fundamento (¿Cuántos seres humanos son capaces de realizar esas actividades?¿Significa ello que no piensan?), se me plantean dos dudas: (1)¿Es realmente un imposible el que las máquinas puedan componer? Y en el caso de pudieran, (2)¿significaría eso que las máquinas piensan?

En el conservatorio profesional de música pasé dos años completos estudiando armonía antes de poder estudiar el primer año de composición. Aquellos dos años consistieron en la realización de cientos de ejercicios mecánicos (repito, mecánicos) de enlace de acordes, saltos melódicos, etc. para interiorizar las reglas de la armonía. Reglas perfecta y, podríamos decir, "científicamente" determinadas.

Existen cientos de manuales de armonía con información del tipo:
"En la situación A, hacer B" o "Siempre que C, hacer D".

Según los profesores de música, así como los compositores, siguiendo las leyes de la armonía clásica puedes realizar composiciones musicales que se pueden considerar correctas - que no geniales, pues los genios son los que han sabido romper esas normas a lo largo de los siglos - y aquí surge mi planteamiento: (3)¿Sería posible introducir en una máquina todas las reglas de la armonía clásica y, en base a seleccionadores aleatorios de compás, tempo, tonalidad, melodía, ritmo y armonización, generar una obra musical original? Todos estos son parámetros finitos (hay un número finito de tonalidades - 28 exactamente -, de compases, etc), así que sus combinaciones, a pesar de ser enormes, son finitas.

Se podría argumentar que nunca una máquina tendrá la expresividad de un humano, pero ¿no sería también programable la expresividad al igual que se le enseña a un niño humano de ocho o diez años?¿No son los "sforzando", los "disminuiendo" o los "piano" simples factores adicionales o variables a añadir a nuestra máquina?¿No son al fin y al cabo pequeñas modificaciones en la intensidad del sonido o la velocidad de la interpretación?

Personalmente creo que un sistema de estas características podría ser viable, además de suponer un reto apasionante, ya que el problema no dista mucho de los sistemas expertos desarrollados en Inteligencia Artificial, que se rigen por bases de conocimiento traducidas en reglas como las que he expuesto antes.

Respecto a la segunda cuestión que planteo, (si pudieran componer ¿significaría eso que las máquinas piensan?) creo que está claro que el hecho de que una máquina realizara una composición original no llevaría a nadie a pensar que las máquinas piensan, aunque daría mucho que pensar respecto a las habilidades artísticas y estéticas de los seres humanos, así de su supuestamente única e inimitable genialidad.

¿Utilidad práctica de este sistema? Pues supongo que ninguna, pero sería interesante ver la reacción de los compositores-no-genios al descubrir que una máquina puede realizar esa tarea, acallar el argumento de que si las máquinas compusieran pensarían y poder disfrutar en casa de composiciones originales interpretadas e improvisadas para el momento.


Juan Fernández Rubio, Sevilla, 11/01/08

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